Aún en los primeros años de
la década de los sesenta, muchos de los gitanos capturados durante la redada
general de 1.749, se hallaban en los arsenales. El tiempo transcurrido y
la indeterminación de su pena hizo que la desesperación se adueñara de ellos y se incrementaran los intentos de fuga.
Fuga de forzados de un arsenal |
Una de las evasiones más audaces
fue protagonizada en 1761 por los almerienses Francisco de Malla, vecino de
Bacares, y, Sebastián Aguilera, vecino de Cuevas de Almanzora. Ambos, tras
huir del arsenal de La Graña, en La Coruña, tomaron: “toda la vera de la mar arriba, porque no sabían el camino que habían
de tomar y restituirse a sus patrias". Perdidos, las dos primeras noches la pasaron "aislados en una isla, que a su
parecer estaba como a seis o siete leguas del referido arsenal, hasta que
hallaron una población" de cuyo nombre no se acordaban. desde allí atravesaron toda Galicia para encaminarse hasta Asturias, desde donde se dirigieron directamente hacia Madrid, y posteriormente hacia sus casas almerienses.
Durante todo el trayecto se mantuvieron pidiendo limosna, hasta que fueron capturados en Poyatos (Jaén), con lo que se dio por concluida una aventurada fuga de mil kilómetros, truncada a apenas cien kilómetros de su meta final.
Durante todo el trayecto se mantuvieron pidiendo limosna, hasta que fueron capturados en Poyatos (Jaén), con lo que se dio por concluida una aventurada fuga de mil kilómetros, truncada a apenas cien kilómetros de su meta final.
La clave de su detención estuvo en que poco antes de la captura, se
les había añadido un “mozo de Lorca”
en el Barco de Collejares, escasamente a una legua de Poyatos, y que se dirigía a esta localidad tras trabajar "en la Andalucía
Baja”. Su presencia fue decisiva en el
desenlace, pues al llevar una cabalgadura, aumentó el recelo de unas justicias, que asociando a un mismo tiempo gitanos, mula y descampado; acabaron presumiendo que estaban ante un robo de bestias, por lo que pasaron a comprobar la propiedad del animal.
Francisco
y Sebastián, según la declaración de este último, habían sido compañeros “desde el tiempo en que se hizo la prisión
general de los gitanos en este reino, habiendo estado juntos desde dicho tiempo
hasta ahora, que habrá como doce años, los dos primeros en el castillo y
Carraca de Cádiz y los diez restantes en el arsenal de la Graña, reino de
Galicia”. De la suerte final de estos dos gitanos nada sabemos, sí que una
vez detenidos fueron trasladados a Quesada, desde donde fueron enviados
posteriormente a La Carraca (Cádiz), donde esperaron un navío
para devolverlos al arsenal de La Graña (El Ferrol), sufriendo allí la
pena que se les reservaba a los fugados.Interior del arsenal del Ferrol |
Una de las últimas noticias sobre su paradero se remonta al 23 de mayo del mismo año, cuando el alcalde de Quesada daba cuenta de encontrarse en aquella cárcel dos gitanos desertores del arsenal del Ferrol; y, algo más tarde, en contestación a la anterior, con fecha 16 de junio, se mandaba desde Cádiz que“se conduzca a este puerto y de él a El Ferrol, desde la villa de Quesada Francisco de Malla y Sebastián Aguilera, gitanos desertores de la Graña”. Aún pasaría algún tiempo para que el traslado se realizara, pues en fechas posteriores se envía otra carta desde Cádiz, en la que se expresaba que “verificado que sea aquí el arribo de los citados gitanos dispondré se pongan en la Carraca, entre tanto que hay navío de guerra para Ferrol, en el que se conduzcan a la Graña”. Lo cierto es que en 1763 no aparecen sus nombres en las listas de los gitanos existentes en los presidios de La Graña, La Carraca y Cartagena. Sí en cambio, aparece en La Graña, el hermano de Francisco: Juan de Malla, a quien en octubre de 1762 se le daba libertad para restituirse a su casa de Bacares.
FICHA de Sebastián Aguilera: Hijo de Francisco. Natural de Cuevas de Almanzora. Cuerpo mediano, ojos hundidos, arrugas en la frente. Capturado con 24 años en Serón, fue confinado en el baluarte de Santiago de Cádiz, fue destinado al arsenal de La Carraca por orden de Ensenada de 17 de mayo de 1750. Superviviente de la tragedia del convoy con destino al arsenal de La Graña, quedó recluido en éste.
FICHA de Francisco de Malla: Hijo de Antonio. Natural de Bacares. Cuerpo mediano, ojos pardos, señal en el carrillo derecho. Contaba con 16 años cuando fue capturado en Huércal Overa. Fue recluido y destinado en los mismos términos que Sebastián.
FUENTE: MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Manuel. La minoría gitana en la provincia de Almería durate la crisis del Antiguo Régimen (1750-1811), Instituto de Estudios Almerienses, 1998.
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