EDITADO EN ALMERÍA POR MANUEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ // REVISTA-BLOG DIGITAL //ISSN-e: 2530-0628// La historia del pueblo gitano es fruto del desencuentro cultural entre dos formas de ver el mundo. Desde 1499 se dictaron medidas antigitanas y se acuñó un estereotipo negativo que favoreció en 1749 una redada para expulsarlos. Si bien, acabó derivando en un proyecto de exterminio por el que se separó físicamente hombres y mujeres para evitar su reproducción y su supervivencia étnica y cultural
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miércoles, 7 de septiembre de 2016
REPARACIÓN HISTÓRICA. Hoy toca sacar del olvido a la familia de José Castellón y Ana Hernández
José Castellón era hijo de Silvestre y natural de Castellón de la Plana. Se nos describe como un hombre alto,
de rostro pequeño y chupado, con nariz abierta y dos lunares: uno a un lado de ella, y otro en el
carrillo. Su barba pintaba cana, pues contaba ya con 44 años. Estaba casado con Antonia Hernández, veinte años más joven. En el momento de su detención se hallaban residiendo en Uldecona con sus dos hijas: Francisca, de tan sólo cuatro años; y Josefa, de dos. Separados, Antonia pasó al depósito de Tortosa junto a sus hijos, en tanto José fue
recluido en el arsenal de Cartagena, donde falleció el 17 de mayo de 1753. Una familia rota que merece una reparación, al menos, a través del reconocimiento claro y contundente de los herederos del poder que arruinó injustamente sus vidas.
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