Francisco Cortés Heredia, hijo de Francisco y natural de Ronda, contaba con 25 años cuando en agosto de 1749 fue capturado en la juridiscción de Coín (Málaga). En su descripción se dice que era mediano de cuerpo, con cara larga y una señal en la frente.
Tras su aprehensión, fue enviado a Cádiz donde se le recluyó en el baluarte de Santiago y posteriormente en el arsenal de La Carraca, en cuyos trabajos se mantuvo hasta que por orden del marqués de la Ensenada de 17 de mayo de 1750, se le transfirió junto varios centenares de gitanos al arsenal de La Graña, logrando sobrevivir a la epidemia que se declaró durante la travesía y que diezmó al contingente del que formaba parte.
Su estancia en el arsenal gallego tuvo su fin en 1762, cuando el intendente de ese departamento marítimo atendió a la solicitud de la justicia de San Lúcar de Barrameda, para bajo su responsabilidad, pasar a esta población a ejercer como herrero.
EDITADO EN ALMERÍA POR MANUEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ // REVISTA-BLOG DIGITAL //ISSN-e: 2530-0628// La historia del pueblo gitano es fruto del desencuentro cultural entre dos formas de ver el mundo. Desde 1499 se dictaron medidas antigitanas y se acuñó un estereotipo negativo que favoreció en 1749 una redada para expulsarlos. Si bien, acabó derivando en un proyecto de exterminio por el que se separó físicamente hombres y mujeres para evitar su reproducción y su supervivencia étnica y cultural
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